Cómo impugnar un testamento
El Código Civil permite que, en determinadas ocasiones, se pueda impugnar un testamento. Se trata de supuestos tasados, ya que la máxima en el proceso sucesorio es que se respete la voluntad del testador.
Para impugnar un testamento necesitarás presentar una demanda, por lo que requerirás de la asistencia de un abogado. Nuestra recomendación es que si tienes que realizar esta operación la emprendas junto a un especialista en sucesiones y herencias.
En qué consiste la impugnación testamentaria
La impugnación del testamento te permite dejarlo sin efectos, sea total o parcialmente. Es decir, puedes impugnar tan solo alguna de sus disposiciones testamentarias o el instrumento al completo.
Pero debes tener en cuenta que no puedes impugnar el documento de últimas voluntades del causante simplemente porque no estés de acuerdo con su reparto. Como hemos indicado, el proceso sucesorio trata de respetar en la medida de lo posible la voluntad del testador, por lo que solo dispondrás de algunos motivos para poder impugnar su testamento.
Requisitos para impugnar un testamento
Podrás impugnar un testamento siempre que atente contra los derechos legítimos de los herederos forzosos. Como sabes, el Código Civil reserva una porción de la herencia a determinados parientes del fallecido.
Quiénes sean los herederos forzosos en cada caso y cuánta su cuota hereditaria dependerá de las circunstancias concurrentes. Así, cuando el testador haya dejado hijos solo se les considerará a ellos como herederos forzosos, debiendo recibir dos tercios de la herencia.
Si el testador hubiera excluido los derechos de alguno de sus herederos forzosos o hubiera realizado un reparto que no respete la cuantía debida a los legatarios, estos podrán impugnar el testamento.
También se puede impugnar el testamento viciado. Los vicios o defectos del testamento pueden ser de dos tipos:
En primer lugar están los defectos formales. Se trata de situaciones en que el testamento se otorgó sin seguir las normas procedimentales que exige la ley. Como el acto de otorgar testamento es de naturaleza solemne, faltar al procedimiento podría suponer su invalidación.
En segundo lugar están los vicios en el consentimiento. Se trata de situaciones en que el testador no consignó su voluntad real en el testamento. Pueden deberse a una enajenación mental o a actuar bajo amenaza, violencia o intimidación.
Si no concurre alguna de estas situaciones, el testamento no podrá ser impugnado, por mucho que estemos en desacuerdo con el mismo.
Cómo se impugna el testamento
Puede impugnar el testamento cualquier perjudicado por el mismo, disponiendo para ello de un plazo de 15 años.
Lo primero que se deberá hacer es contratar a un abogado especialista en sucesiones y herencias para preparar la demanda. Esta se presentará en el juzgado correspondiente al lugar del fallecimiento.
Las impugnaciones testamentarias suelen tramitarse por medio del juicio ordinario. Se trata de un proceso relativamente complejo, que concluirá con una Sentencia que determinará si el testamento es válido o no. Además, en caso de determinar su nulidad deberá indicar si esta es total o parcial.
Ten en cuenta que si al anular el testamento consigues que se anule completamente la sucesión quedará intestada. De modo que deberán aplicarse al reparto las reglas de las herencias sin testamento.
La indignidad
Impugnar el testamento no es la única vía disponible para dejarlo sin efectos total o parcialmente. El Código Civil también regula un concepto denominado “indignidad”.
Su significado jurídico es muy cercano al que se usa en su empleo corriente. Básicamente señala ciertas condiciones que permiten excluir a un heredero o legatario del proceso sucesorio, privándole del derecho a adquirir su cuota hereditaria.
Una figura muy cercana a la indignidad (llegan incluso a compartir causas) es la desheredación. La desheredación permite negar los derechos sucesorios a los herederos forzosos. Sin embargo, se diferencia de la impugnación y la alegación de indignidad en que es el propio causante quien debe hacerla en su testamento. Por eso no vamos a entrar en detalle, aunque te remitimos a nuestra guía sobre la desheredación de hijos si quieres saber más.
La indignidad en el Código Civil
Las causas de indignidad se regulan en el artículo 756 del Código Civil e incluyen la comisión de ciertos delitos, las denuncias falsas, la falta de atención debida y la coacción para modificar el testamento.
Se trata de un listado cerrado, de modo que no se podrá alegar ninguna otra causa que pudiéramos considerar indigna pero no estuviera contemplada en este artículo. En caso
La cautela sociniana
No podíamos cerrar un artículo sobre la impugnación testamentaria sin dedicar unas líneas a la cláusula socini o cautela soniana. Se trata de una cláusula testamentaria muy utilizada en España, sobre todo para dejar el usufructo universal al cónyuge viudo (testamento “de uno para el otro”).
Básicamente, el funcionamiento de la cláusula socini es el siguiente:
El testador lega a sus herederos forzosos una cuota hereditaria mayor a la que les corresponde por legítimo derecho. Por ejemplo, cuando tiene hijos no se limita a que hereden la legítima larga, sino que establece una herencia universal.
Además, impone un gravamen. Por ejemplo, que se ceda el usufructo vitalicio de todos los bienes al cónyuge viudo. O, en este caso, que no se impugne el testamento.
Este gravamen viene sancionado a modo de condición. Así, quien impugne el testamento contra la voluntad del causante perderá el derecho a lo que no le corresponda por legítima estricta.
Como sabes, todo testamento debe respetar la legítima de los herederos forzosos. Además, es difícil establecer condiciones a la hora de designar herederos.
Así, en principio, el Código Civil no permite prohibir la impugnación del testamento. Sin embargo sí admite que se permita al heredero optar entre:
Aceptar el gravamen que le imponga el testador, recibiendo más patrimonio del que le correspondería por derecho legítimo.
O impugnar el testamento para reclamar la herencia que le reserva la ley, perdiendo todo derecho adicional que le hubiera reservado el testador.
Como ves, la redacción de un testamento puede incluir particularidades de elevada complejidad técnica. Así que siempre conviene realizar esta tarea con la asistencia de un abogado especialista en Derecho de Sucesiones.