Animus defraudandi: significado y relevancia en Derecho Penal
El término animus defraudandi proviene del latín y significa “ánimo de defraudar”. En Derecho Penal, esta expresión se utiliza para describir la intención clara y consciente de engañar para obtener un beneficio económico ilícito. Se trata de un elemento subjetivo esencial en diversos delitos de contenido patrimonial.
¿Qué es el animus defraudandi?
El animus defraudandi hace referencia al propósito deliberado de defraudar, es decir, a un tipo de dolo específico que debe estar presente para que determinados comportamientos sean considerados delito.
Esta intención fraudulenta es determinante en delitos donde el engaño y el ánimo de lucro resultan imprescindibles, como:
- Delitos de estafa (art. 248 y ss. del Código Penal).
- Delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social (art. 305 y ss.).
Sin este ánimo defraudatorio, la conducta puede no encajar en el tipo penal correspondiente, incluso si existe un perjuicio económico.
¿Por qué es importante el animus defraudandi?
En los delitos que lo requieren, probar la existencia del ánimo de defraudar es clave para que haya responsabilidad penal. Si se demuestra que el autor actuó con intención de engañar, y se cumplen los demás requisitos del delito, podrá ser condenado.
Por el contrario, si no se acredita esa intención, la conducta podría considerarse un simple incumplimiento civil o un conflicto contractual sin relevancia penal.
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