Guía para reclamar el despido improcedente
El despido improcedente es aquel que se realiza sin seguir el trámite oportuno o sin ampararse en justificaciones legales. Se trata, por tanto, de una decisión extintiva unilateral del empresario que no respeta el ordenamiento jurídico.
Generalmente, para que el despido se considere improcedente será necesaria la intervención judicial. Sin embargo, el propio empresario podría reconocer la improcedencia de su decisión.
En esta guía vamos a explicarte cómo conseguir que tu despido se considere improcedente, llegando a ahorrarte el juicio. También te explicaremos qué derechos te corresponden cuando tu despido recibe esta calificación. Empecemos desde el principio.
Qué es un despido
Llamamos despido a la decisión unilateral del empresario de extinguir una relación laboral. Dicho de otro modo:
El despido supone el fin del contrato de trabajo.
Se trata de una decisión que toma el empresario unilateralmente. De modo que no tiene que intervenir nadie más (ni la persona trabajadora ni sus representantes legales).
Evidentemente, el despido está amparado por nuestro ordenamiento jurídico. Se trata de una manifestación del principio de libertad de empresa. Sin embargo, con el objetivo de proteger a las personas trabajadoras, el ordenamiento laboral limita los supuestos en los que el despido carece de consecuencias.
Se trata, por ejemplo, de supuestos en que la persona trabajadora incurre en incumplimientos graves de sus obligaciones o la empresa se encuentra en situación crítica. En estos casos se considerará que el despido es procedente.
Cuándo se considera el despido improcedente
Si el despido no está amparado por las situaciones que describimos (básicamente, las que dan pie al despido disciplinario, objetivo o colectivo) la empresa deberá asumir las consecuencias. En estos casos puede ocurrir:
Que el despido se califique como nulo. Esto puede ocurrir cuando el despido es discriminatorio o atenta contra los derechos fundamentales del trabajador. Ante los despidos nulos la empresa estará obligada a readmitir a la persona trabajadora, abonándole los salarios de tramitación.
O que se califique como improcedente. Esto ocurre cuando la empresa ha incurrido en una irregularidad. Por ejemplo, puede que la causa del despido no esté recogida en la Ley, o que el procedimiento seguido no se ajuste a la normativa laboral.
Por tanto, el despido se considera improcedente cuando no se ajusta completamente al ordenamiento jurídico, sin llegar a resultar nulo.
Derechos tras un despido improcedente
El despido improcedente da lugar a que el empresario deba optar entre:
Readmitir al trabajador abonándole los salarios de tramitación. Los salarios de tramitación son aquellos que la persona trabajadora habría recibido en caso de seguir prestando sus servicios.
O convalidar el despido a cambio de pagar la correspondiente indemnización. La indemnización por despido improcedente se calcula en dos tramos, conforme a la disposición transitoria 11ª del Estatuto de los Trabajadores:
El tiempo trabajado antes del 12 de febrero de 2012 devengará una indemnización de 45 días de salario por año de servicio.
Y el tiempo trabajado posteriormente devengará una indemnización de 33 días de salario por año de servicio, con un máximo de 720 días de salario.
Por tanto, solo se podrán superar los 720 días si se trabajó antes del 12 de febrero de 2012.
En este caso se sumarán las indemnizaciones correspondientes al período previo y posterior a tal fecha (entrada en vigor de la última reforma laboral), sin que se pueda superar el límite de 42 mensualidades.
Cuando la persona trabajadora sea, además, representante legal de los trabajadores, será a ella a quien le corresponda optar entre seguir en la empresa o cobrar la indemnización y extinguir el contrato.
En caso de procederse a la extinción definitiva del contrato, la persona trabajadora quedará en situación legal de desempleo. Por tanto, podrá pedir la prestación por desempleo (el paro) siempre que cumpla con los requisitos legalmente exigidos.
Cómo conseguir que el despido se califique como improcedente
Ya hemos indicado que el propio empresario puede reconocer la improcedencia del despido. Para ello basta con que te pague la indemnización cuando te comunique su decisión extintiva.
Si lo hace, todavía podrías contratar a un laboralista para tratar de impugnar el despido, con el objetivo de que se declare su nulidad. Sin embargo, la declaración de nulidad requiere que el empresario haya atentado gravemente contra el ordenamiento jurídico.
Cuando el empresario no reconoce automáticamente la improcedencia del despido tendrás que presentar una papeleta de conciliación frente al Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC). Esto dará lugar a un proceso de negociación, donde puedes conseguir que el empresario reconozca la improcedencia de tu despido o te ofrezca alguna solución.
Si la conciliación no funciona podrás presentar una demanda ante los Tribunales de lo social. Pero recuerda que no puedes presentar esta demanda hasta que hayas intentado la conciliación.
Para ello dispones de un plazo de 10 días desde la fecha de efectos del despido, sin que compute el tiempo transcurrido entre la presentación de la papeleta de conciliación y la finalización del procedimiento.
Cuándo contratar a un laboralista para reclamar el despido improcedente
Como ves, el plazo de reclamación de un despido improcedente es muy breve. Por tanto, lo ideal es que dispongas de asistencia jurídica en el menor plazo posible.
A través de nuestro formulario podrías conseguir asistencia jurídica especializada en menos de 24 horas. Así que si no dispones de un laboralista de confianza cerca de ti, te invitamos a rellenarlo con tus datos para que te presentemos a varios especialistas rápida y gratuitamente.
De hecho, lo mejor sería que contaras con un laboralista antes incluso de producirse el despido improcedente. Esto no siempre es posible, ya que muchas veces este tipo de despidos se producen de la noche a la mañana.
Sin embargo, si ves que las relaciones laborales se están tensando y el empresario puede tomar una decisión extintiva, deberías acudir preventivamente al abogado. Probablemente no tengas que pagar nada si finalmente no se ejecuta el despido. En caso contrario tu abogado ya estará sobre aviso. Al conocer tu caso podrá responder a tiempo, asegurándose de reclamar el despido improcedente dentro de plazo.