Guía para crear una startup
Sobre cómo crear una startup se pueden encontrar cientos de miles de páginas en Internet. La literatura es abundante, y cada autor, emprendedor, inversor o gurú tiene su perspectiva particular.
Esta guía, por tanto, va a centrarse en el aspecto jurídico de la creación de una startup. Evidentemente, no podemos saltarnos una introducción sobre los pasos que da el proyecto desde que es una mera idea hasta que sale a cotización.
Pero, aunque ofreceremos recursos para ampliar información, no nos extenderemos tanto en estos detalles como en sus implicaciones legales.
En definitiva, si quieres saber de qué aspectos jurídicos vas a tener que estar pendiente en cada paso de tu startup has llegado al mejor lugar.
Los pasos para crear una startup
Como decimos, existen diferentes formas de entender el camino que se debe recorrer para crear una startup. Sin embargo, un esquema bastante extendido podría ser el siguiente:
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Creación del proyecto.
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Determinación del modelo de negocio.
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Puesta a prueba de la propuesta.
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Búsqueda de financiación, incubación y aceleración.
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Exit.
Estudiemos cada uno de estos pasos y los retos que presenta para el emprendedor.
1. Creación del proyecto
Evidentemente, el primer paso a la hora de crear una startup es tener una idea brillante. Pero esta idea brillante debe venir sustentada en otros elementos, como:
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Un equipo solvente y comprometido.
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Un modelo de negocio viable y escalable.
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La posibilidad de desarrollar este modelo y conseguir financiación.
Si la idea resulta inviable será inadecuada para desarrollar una startup. Y la forma de evaluar la viabilidad y potencialidad de la idea depende de cada cual. Algunos de los elementos que deberían tenerse en cuenta son:
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¿Dispones de los medios personales y materiales para desarrollarla? Y, en caso contrario, ¿podrás tener acceso a ellos? ¿A qué coste?
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¿Tiene tu idea capacidad para generar negocio? ¿En qué volumen?
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¿Es escalable tu propuesta? ¿Hasta dónde puedes llegar?
Cómo adoptar buenas ideas y evaluarlas
A la hora de inspirarse para encontrar la gran idea de negocio existen diferentes técnicas. Una de las más populares es el brainstorming.
Posteriormente se deben evaluar estas ideas para elegir las más idóneas para sustentar un modelo de negocio. Para ello existen otras muchas técnicas, entre las que destaca el Lean Canvas.
Cómo reunir al equipo indicado
Es interesante que las tareas de adopción de ideas y evaluación se desarrollen de la mano del equipo inicial de la startup. Para configurar un buen equipo es recomendable tener nociones de gestión de recursos humanos, pues de este depende el éxito del proyecto en sus primeros pasos.
Pero aquí aparece el primer problema que puede tener entidad jurídica. Y es que tener ideas y evaluarlas es gratis, pero a la hora de reunir un equipo puede que necesites poner dinero sobre la mesa.
Incluso en el caso de que cuentes con colaboradores cercanos, que vayan a ayudarte sin cobrar, lo más indicado es que establezcas condiciones de colaboración expresas y transparentes.
Qué necesidades jurídicas puedes tener durante esta fase al crear tu startup
Como ves, tu startup todavía no ha dado sus primeros pasos y ya necesitas asesoría jurídica. En esta etapa temprana es probable que carezcas de recursos, por lo que probablemente solo puedas permitirte inversiones de elevado retorno de inversión.
Así, las dos opciones más recomendables pueden ser:
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Busca los servicios de algún abogado especializado en startups. Estos profesionales suelen adecuar sus presupuestos a las necesidades de la startup a cambio de participar en su proceso de crecimiento. Se trata de una relación simbiótica que te podrá ayudar en los siguientes pasos. Además, te irá preparando para los momentos en que tengas que presentar tu producto o solicitar financiación.
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Céntrate en la asesoría laboral, civil o mercantil. Si vas a contratar a tu equipo necesitarás formalizar los contratos de trabajo adecuados. En cambio, si tus colaboradores van a ser trabajadores por cuenta propia, socios o incluso voluntarios, deberías firmar contratos o convenios de colaboración (especialmente, pactos entre socios) que determinen todas las condiciones de la colaboración para evitar problemas en el futuro.
2. Determinación del modelo de negocio
Una vez cuentes con una idea con potencial y los recursos básicos para desarrollarla tendrás que determinar tu modelo de negocio. En este sentido también existen diferentes herramientas, entre las que destaca el concepto del Producto Mínimo Viable (MVP por sus siglas en inglés).
Sobre este aspecto te recomendamos la lectura de la entrevista a Bárbara Román publicada en nuestro blog. No solo hace una inversión interesante del término (hablando de la Mínima Legalidad Viable) sino que también trata de algunas cuestiones capitales en la relación abogado-startup.
A la hora de determinar qué modelo de negocio es el idóneo para tu idea, el ya mencionado modelo Lean Canvas es uno de los favoritos. Otras de las opciones más extendidas son el DAFO, el AARRR! o el Bullseye Framework.
El objetivo de todas estas herramientas es que puedas determinar con la mayor precisión cuál es el mejor modo de desarrollar tu negocio.
Qué necesidades jurídicas puedes tener durante esta fase al crear tu startup
Cuando vayas a desarrollar un modelo de negocio es fundamental que te asesores en materia de Derecho Societario. Durante esta etapa tendrás que tomar decisiones tan relevantes como la forma jurídica de tu negocio.
Además, un buen mercantilista podrá ayudarte a definir tu modelo de negocio, ya que entrarán en juego cuestiones como el derecho de la competencia, de la publicidad y de protección a los consumidores.
Ten en cuenta que si empiezas a desarrollar un negocio sin tener en cuenta estos aspectos podrías encontrarte con importantes trabas legales a la hora de ponerlo en marcha.
Otro de los elementos importantes durante esta etapa es conocer los costes fiscales del desarrollo de tu propuesta. En este sentido podrá ayudarte un especialista en Derecho Fiscal.
Por otro lado, la salida al mercado es el momento idóneo para establecer sistemas de garantía, como los vesting y cliff periods y los phantom shares plans.
Recuerda que los abogados especializados en startups dominan estos campos y cuentan con colaboradores especialistas. De modo que si pudieras disponer de un abogado in house desde estas etapas tempranas tendrás mucho trabajo adelantado para el futuro.
3. Puesta a prueba de la propuesta
Como sabes, las startups se diferencian de otras iniciativas empresariales en su agilidad. Lanzan al mercado un MVP, lo ponen a prueba y lo optimizan. Mediante un proceso de iteración, el producto mínimo va creciendo hasta convertirse en el producto final.
De modo que cuando pongas a prueba tu propuesta tendrás que realizar sucesivas iteraciones hasta que tu negocio cobre una forma definitiva. Por supuesto, ayuda planificar la dirección en la que se va a encaminar.
Sin embargo, una vez tu MVP esté en el mercado, serán las métricas y el feedback del sector económico (clientes, competencia, compañeros del sector…) quienes deberían orientar la dirección de tus optimizaciones.
De nuevo, encontramos que existen muchas metodologías para optimizar procesos y productos. Por ejemplo, destacan , Six Sigma, Entrevista de Problemas y de Soluciones, Ciclo PDCA, TOC...
En definitiva, cada proyecto seleccionará sus propios métodos para optimizar la calidad de sus productos, servicios y procesos. El objetivo, en cualquier caso, es que el MVP se convierta en un producto útil y capaz de atraer inversiones.
Qué necesidades jurídicas puedes tener durante esta fase al crear tu startup
Como ves, esta fase es diferente a las anteriores. Ya no trabajarás con una idea, sino que habrás materializado un producto e irás, poco a poco, mejorándolo.
En este sentido, es probable que necesites asesoría en materia de propiedad industrial e intelectual. Es importante que protejas tus creaciones una vez las hayas desarrollado, pues en caso contrario podrías perder todos tus esfuerzos.
La etapa de puesta a prueba es también un momento idóneo para desarrollar programas de compliance. Los planes de compliance son programas de cumplimiento normativo, que garantizarán que tu operativa se ajusta a la ley para prevenir eventuales incumplimientos y sanciones.
Su funcionamiento, en general, es similar al del ciclo de iteración del producto, ya que detectarán riesgos en tu organización, propondrán medidas para evitarlos y evaluarán de nuevo las amenazas legales, mejorando progresivamente la seguridad jurídica de la organización.
Aunque, en esta rama, los programas más conocidos son los de compliance penal, lo cierto es que se pueden establecer planes de cumplimiento normativo que afecten a otras áreas. Por ejemplo, puede ser interesante cubrir las áreas laboral y fiscal, que son fuentes recurrentes de problemas jurídicos.
4. Búsqueda de financiación, incubación y aceleración
Ahora que tienes tu producto diseñado y protegido es el momento de conseguir financiación. En este sentido, las startups tampoco funcionan como las empresas tradicionales.
Mientras estas suelen recurrir al circuito de crédito tradicional (préstamos bancarios, hipotecas, avales…), las startups se caracterizan por echar mano de formas de financiación alternativas.
En cualquier caso, el capital que necesitan las startups no suele ir tan orientado al desarrollo del negocio cuanto a su escalabilidad y venta o salida a los mercados cotizados. Es decir, en la mayoría de las ocasiones quien levanta una startup lo hace para obtener un beneficio monetario, no para mantener un proyecto empresarial.
En esta línea, suelen distinguirse varias etapas de la startup:
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Pre-seed. Se identifica con los pasos iniciales del proyecto, en los que no se puede captar capital de inversores. La iniciativa se tendrá que financiar con contribuciones de socios, amigos, familiares, subvenciones, ayudas…
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Seed. Durante la fase “semilla” el proyecto ya ha puesto en circulación su producto o servicio y puede demostrar que funciona. Gracias a ello se puede captar a los primeros inversores.
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Series. Se trata de las sucesivas iteraciones que va haciendo el proyecto en su búsqueda de financiación. Su objetivo es escalar rápidamente para satisfacer a los inversores iniciales y captar mayores volúmenes de capital.
Las formas de financiación tradicionales
Llamamos formas de financiación tradicionales a las que han ofrecido liquidez a las empresas de toda la vida. Son más estrictas y lentas que las formas de financiación alternativas.
Los ejemplos principales son:
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Endeudamiento privado. Puede tomar la forma de un préstamo bancario o particular, de hipotecas, de líneas de crédito o cualquier transmisión crediticia que posteriormente se devuelve con intereses.
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Administraciones Públicas. Las Administraciones Públicas convocan regularmente concursos, ayudas y subvenciones para apoyar a los emprendedores. Es una forma frecuente de financiar tanto empresas tradicionales como startups. Su único inconveniente es que las condiciones de la convocatoria pueden no ajustarse con los objetivos del proyecto, que se adquirirán compromisos de control y supervisión y que los pagos pueden retrasarse considerablemente.
Premios y concursos
Además de las Administraciones Públicas, muchas entidades bancarias y organizaciones convocan habitualmente premios y concursos de donde puedes obtener financiación y asesoramiento. Y no hay que olvidar que ganar uno de estos premios o concursos siempre representa buena publicidad, lo que puede facilitarte la captación de inversores. Algunos de los más conocidos son:
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Emprendedor XXI. Se trata de un premio organizado por La Caixa que, en su última convocatoria, ofreció dotaciones económicas de entre 5.000 y 25.000 €.
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BBVA Open Talent. En este caso la entidad responsable del premio es BBVA. A lo largo de sus 10 ediciones han superado el millón y medio de euros invertidos en premios, incluyendo formación, aceleración y mentoring.
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Premios a la innovación y el emprendimiento de Santander. Otra alternativa, gestionada por el Grupo Santander, que además facilita el acceso al BCN Thinking Callenge.
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Premios PECES. Se trata de una convocatoria a nivel europeo para promover la creatividad y el emprendimiento, que además de ofrecer un premio económico incluye premios de incubación.
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Premios Everis. Otorgan una dotación de 60.000 euros a startups europeas y latinoamericanas, incluyendo eventos de promoción y asesoramiento.
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Premio emprendedor del año de Ernest&Young. Se trata de uno de los más prestigiosos para los emprendedores, facilitándoles el contacto con inversores y otras empresas del sector.
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Concurso de emprendedores IEBS. Otro premio prestigioso que ofrece formación, mentoring e incubación a las startups ganadoras.
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Premios MAD+. Se trata de unos premios al emprendimiento social con una dotación total de 24.000 €.
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Enisa. En este caso se trata de una ayuda pública, que hemos decidido añadir a la lista por su relevancia. Enisa es un programa de financiación y acompañamiento gestionado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Lo cierto es que la financiación mediante premios tiene sus ventajas e inconvenientes:
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Por un lado, ofrece acceso a recursos gratuitos. Así, la startup podrá beneficiarse de programas de mentoring o formación, asesoramiento, aceleración e incubación. Además, suponen un acceso privilegiado al networking y en muchos casos acarrean recompensas económicas.
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Por otro lado, pueden imponer ciertos requisitos o limitaciones al proyecto. Además, pueden distraerte de tus objetivos principales.
Las formas de financiación alternativas
Como venimos señalando, las startups son proyectos que deben crecer lo más rápidamente posible. Esto ha hecho que se abran nuevas formas de financiación, caracterizadas por su agilidad y por la asunción de riesgos mayores que los propios de las formas de financiación clásicas.
Algunas de las formas de financiación alternativa más utilizadas son:
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Business Angels. Se trata de inversores particulares que apuestan por las startups. Su elevado patrimonio les permite capitalizar el proyecto, aunque pueden solicitar derechos económicos o políticos superiores a los que se ceden mediante otras fuentes de financiación alternativas. Son una buena fuente de financiación para la fase seed.
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Venture Capital. Se trata de fondos de inversión. Operan mediante capital riesgo, lo que supone una apuesta por startups cuyo potencial de crecimiento es muy elevado. Puede buscarse su aportación a partir de la fase seed, ya que el proyecto deberá demostrar un crecimiento exponencial.
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Crowdfunding o Crowdlending. Se trata de un llamamiento público para que los particulares puedan invertir en el proyecto. La diferencia radica en que el crowdfunding es un sistema de donaciones (si bien suele ir asociado a contraprestaciones) y el crowdlending es un sistema de préstamos, cuyo capital deberá devolverse.
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Grandes corporaciones o grupos empresariales. Actualmente, muchas empresas invierten en startups a cambio de beneficiarse de sus productos o servicios o de participar en sus beneficios. Algunas lo hacen a modo de lanzadera o aceleradora, mientras que otras emplean esta forma de inversión como una alternativa al departamento de I+D+i.
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Lead investors. Son fondos de inversiones (o grandes inversores) que organizan rondas de financiación para las startups.
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Initial Coin Offering. Las ICO son monedas virtuales o tokens que crean las startups (generalmente mediante tecnología blockchain) que funcionan, a nivel financiero, como las emisiones de acciones. Su ventaja, sin embargo es que evitan riesgos de dilución al obtener financiación.
Incubadoras y aceleradoras de startups
Las incubadoras de startups son organizaciones que te ayudarán a desarrollar tu proyecto desde cero. Esto supondrá una tarea de asesoramiento, mentorización e incluso financiación. Por supuesto, participar en una incubadora tiene un precio, que generalmente implica ceder parte de las participaciones del proyecto.
Otro tipo de organización parecida a las incubadoras son las aceleradoras de startups. Se caracterizan por ayudar al proyecto, ya desarrollado, a crecer. También deberás abrirles la participación en tus beneficios.
Pasar o no por una incubadora o una aceleradora depende únicamente de ti y de tu equipo. Sin embargo, son dos de los medios más utilizados por las startups para intentar avanzar en su camino al éxito.
Conflictos entre inversores y fundadores
La dinámica de una startup conlleva, por regla general, un conflicto de intereses entre inversores y fundadores.
En primer lugar, los fundadores necesitan liquidez inmediata para desarrollar el modelo de negocio, escalarlo y venderlo a más inversores. Los inversores, sin embargo, buscarán retrasar el pago para reducir riesgos.
En segundo lugar, el proyecto necesita disponer de capital para desarrollar su actividad y seguir escalando, mientras que el interés de los inversores es revalorizar el capital invertido y recuperarlo con creces.
Por último, hay que tener en cuenta el efecto de dilución en el crecimiento de la startup. Este puede conllevar que determinadas participaciones resulten menos interesantes, e incluso que pierdas el control del proyecto.
Qué necesidades jurídicas puedes tener durante esta fase al crear tu startup
Como ves, durante esta fase vas a necesitar asesoría jurídica, tanto de tipo bancaria como societaria.
Así, necesitarás a un experto que te asesore sobre la conveniencia y las condiciones de tus formas de financiación. Los métodos de financiación tradicionales han venido últimamente intoxicados por cláusulas abusivas. Y los métodos alternativos suponen poner en juego entramados de derecho privado que, de no estar bien configurados, podrían suponer la aparición de responsabilidades patrimoniales y la ruina de la compañía.
Respecto a la parte societaria, es fundamental que domines el efecto de la dilución tras tus rondas de financiación (por ejemplo, empleando instrumentos como las notas convertibles) y que mantengas el control de la compañía (por ejemplo, implementando planes de phantom shares).
Otros elementos cruciales para mantener el control de la startup serán los pactos entre socios.
Sin una asesoría adecuada podrías terminar ahogando el proyecto en deudas, ahuyentando a inversores potenciales o siendo excluido de tu propia startup.
5. Exit
El fin ideal de la startup es la venta del proyecto o su salida a los mercados cotizados. Sin embargo, el plan de salida debe estar preconfigurado desde los primeros pasos de la startup, sin perjuicio de que vaya variando a lo largo de su vida.
De hecho, los inversores estarán interesados en esta etapa, que suele ser la más lucrativa. El desarrollo del modelo de negocio debería ir orientado (entre otros factores) a seducir a posibles corporaciones o fondos compradores.
Esta fase será la determinante del éxito global del negocio ya que, en general, los fundadores de una startup están más interesados en generar un ingreso con su venta que en explotarla personalmente como si se tratara de una empresa familiar.
Es más, resulta bastante frecuente que los compradores de la startup sean sus propios competidores. De este modo consiguen absorber clientela para su negocio o reducir la competencia.
Qué necesidades jurídicas puedes tener durante esta fase al crear tu startup
Evidentemente, durante la recta final de tu startup necesitarás contar con el respaldo de economistas y abogados mercantilistas. Es necesario valorar y auditar el proyecto para poder venderlo, y en caso de querer saltar a la bolsa tendrás que respetar toda la normativa relacionada con el mercado de valores.
Incluimos un enlace al Código del Mercado de Valores, del BOE, que recopila 88 textos legales que deben tenerse en cuenta. Es razonable que te entre vértigo si te asomas a esta biblioteca, ya que estas operaciones son muy técnicas y complejas.
De modo que la asistencia de un abogado (o despacho) especializado en la materia será preceptivo.
En el caso de que sea una corporación, grupo de empresas o fondo el que compre la compañía también deberás dominar la legislación mercantil. Además, tendrás que respetar los pactos entre socios y los acuerdos suscritos con los inversores.
En definitiva, la fase de exit es la más compleja durante la vida de tu startup. Llegar hasta ella ya es todo un éxito, pero salir airoso representa todo un reto, y es casi imposible superarlo sin asesoría jurídica especializada.
Resumen de nuestra guía para crear una startup
En resumen, crear una startup no es tarea fácil. Aproximadamente el 90 % de los proyectos terminan fracasando. Pero el premio es tan jugoso que es normal que no te amilanes por tal cifra.
Además, el proceso es duro pero muy satisfactorio. Poco a poco verás cómo crece tu idea, convirtiéndose en un producto o servicio real y posteriormente en una oportunidad de inversión. Y si llegas a la fase exit, muy probablemente obtengas una recompensa cuantiosa.
Así, el camino pasa por la concepción y evaluación de una idea, su concreción en un modelo de negocio validado y la obtención de financiación.
Para recorrer este camino necesitarás contar con un equipo humano solvente y comprometido. Y resulta casi imprescindible que dentro de tu equipo haya algún jurista.
Un servicio de asesoría especializado en startups podrá ayudarte con todas tus necesidades legales, que como hemos visto incluyen:
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Selección de la forma jurídica adecuada y, en su caso, modificación.
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Establecimiento de la mejor forma de administración y gestión de la sociedad.
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Redacción y revisión de contratos, convenios y pactos.
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Negociaciones y obtención de financiación.
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Establecimiento de sistemas de garantías e incentivos como los phantom shares plans o vesting periods.
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Programas de compliance, auditorías y due diligence.
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Captación de capital y rondas de financiación.
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Protección de la propiedad industrial e intelectual.
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Defensa de mercado, de la competencia, de consumidores y usuarios y derecho publicitario.
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Gestión de recursos humanos.
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Protección de datos, secretos empresariales y know how.
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Derecho financiero y tributario.
En definitiva, la lista de tareas jurídicas a las que debe enfrentarse una startup es lo suficientemente extensa como para que no convenga tomarla a broma.
Así, te recomendamos buscar a un especialista o un despacho dedicado a la asesoría de startups. Como ya hemos indicado, muchos de estos profesionales adaptan su presupuesto y servicios al momento en el que se encuentra el proyecto.
De modo que si quieres crear una startup sin tener problemas jurídicos deberías contar con asistencia jurídica lo antes posible. Rellena nuestro formulario y te presentaremos a dos abogados especializados en la materia.