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SICAV: Todo lo que debes saber sobre las Sociedades de Inversión de Capital Variable
Las SICAV, o Sociedades de Inversión de Capital Variable, son instrumentos financieros que combinan las características de un fondo de inversión con las de una sociedad anónima. Estas sociedades se utilizan principalmente para gestionar grandes patrimonios, ofreciendo ventajas fiscales y flexibilidad en la inversión.
¿Qué es una SICAV?
Una SICAV es una sociedad que invierte en diversos activos financieros, como bonos, acciones u otros instrumentos con el objetivo de obtener rentabilidad. Surgieron en España en 1983 durante el gobierno de Felipe González para retener capitales en el país y fomentar la inversión interna.
Uno de los principales atractivos de las SICAV es su baja tributación: tributan únicamente al 1% en el Impuesto de Sociedades, muy por debajo del 25% o 30% que pagan las sociedades tradicionales.
Regulación de las SICAV
Las Sociedades de Inversión de Capital Variable están reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La Ley 35/2003 regula el funcionamiento de las Instituciones de Inversión Colectiva, dentro de las cuales se incluyen las SICAV.
Estas instituciones tienen como objetivo captar recursos de varios inversores, gestionarlos y repartir los beneficios proporcionalmente entre los accionistas. A diferencia de los fondos de inversión, que no tienen personalidad jurídica, las SICAV funcionan como sociedades anónimas y permiten a sus accionistas participar en juntas y decisiones estratégicas.
Capital variable: cómo funciona
El capital de una SICAV está representado por acciones que pueden cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Se denominan sociedades de capital variable porque pueden emitir o cancelar acciones según la demanda de los accionistas, sin necesidad de modificar los estatutos.
Requisitos para constituir una SICAV
Para crear una SICAV se requiere:
- Un mínimo de 100 accionistas.
- Un capital mínimo de 2,4 millones de euros.
- Establecer un límite máximo de capital, que no puede superar diez veces el capital inicial.
Estas características hacen que las SICAV sean utilizadas principalmente por personas o grupos con patrimonios elevados.
Fiscalidad de las SICAV
Las SICAV disfrutan de ventajas fiscales significativas:
- Tributan solo al 1% en el Impuesto de Sociedades sobre beneficios no retirados.
- Están exentas de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Los accionistas, sin embargo, deben tributar por la ganancia patrimonial, que se calcula sobre la diferencia entre el precio de adquisición y la venta de las acciones. Esta tributación va del 19% al 23%, aplicándose sobre una base imponible más reducida que la general.
Gestión de una SICAV
Las SICAV cuentan con un Consejo de Administración que gestiona el funcionamiento y las inversiones de la sociedad. A diferencia de los fondos de inversión, no necesitan un gestor externo, lo que permite decisiones más ágiles y control directo por parte de los accionistas.
SICAV abiertas y cerradas
Las SICAV pueden ser:
- Abiertas: permiten la participación de nuevos inversores.
- Cerradas: limitadas a un grupo selecto de accionistas.
Las que cotizan en el MAB suelen tener más flexibilidad para atraer inversores y gestionar su capital.
Rentabilidad de las SICAV
La rentabilidad de las SICAV ha variado en los últimos años:
- En 2018, solo el 8% de las grandes SICAV fueron rentables.
- En 2020, el 63% de las SICAV en España obtuvo ganancias, con una rentabilidad promedio del 0,76%.
- Ejemplos de alto rendimiento incluyen Pepsi Finanzas con 69,76%, Torrecares Inversiones con 57,01% y Noa Patrimonio con 51,01%.
Aunque su rentabilidad puede ser variable, las SICAV siguen siendo un instrumento atractivo para grandes patrimonios debido a su flexibilidad y ventajas fiscales.