Derechos de cobro: qué son, tipos y cómo reclamarlos
Los derechos de cobro son aquellos que permiten al acreedor —persona física o jurídica— recibir el pago que le corresponde por haber entregado bienes o prestado servicios.
Este derecho implica, a su vez, que el deudor tiene la obligación legal de pagar conforme a los términos acordados.
En muchas ocasiones, estos derechos se refuerzan con garantías reales o personales que aseguran el cumplimiento de las obligaciones y reducen el riesgo de impago.
¿Qué son los derechos de cobro?
El derecho de cobro es la facultad que tiene una persona o empresa de exigir el pago de una cantidad de dinero derivada de una transacción económica.
Dicho de otro modo: el acreedor tiene derecho a cobrar, y el deudor, la obligación de pagar.
Este derecho puede nacer de diversas relaciones: contratos de compraventa, arrendamientos, prestación de servicios, relaciones laborales o incluso obligaciones tributarias.
Garantías de los derechos de cobro
Las garantías de cobro son mecanismos legales o contractuales que protegen al acreedor frente al riesgo de impago.
Se dividen en garantías personales y garantías reales.
Garantías personales
Las garantías personales implican la participación de una tercera persona (avalista o fiador) que se compromete a responder por el deudor.
Existen dos modalidades principales:
- Aval: se entrega un documento cambiario (cheque, pagaré, letra de cambio) que garantiza el pago.
- Fianza: se compromete una cantidad de dinero o un bien material como respaldo ante el incumplimiento del deudor.
Garantías reales
En las garantías reales, el deudor entrega un bien concreto como garantía. Si no cumple con el pago, el acreedor puede ejecutar el bien para cobrar lo que se le debe.
Los tipos más comunes son:
- Hipoteca: el bien inmueble (vivienda, local, terreno) garantiza la deuda.
- Prenda: se utiliza un bien mueble como garantía.
- Anticresis: el acreedor percibe los frutos o rentas de un bien hasta que se salde la deuda.
El contrato como fuente del derecho de cobro
Todo derecho de cobro nace de una relación contractual entre dos partes.
En el contrato deben detallarse los importes, plazos, formas de pago y condiciones específicas de la operación.
Además de formalizar la transacción, el contrato protege legalmente al acreedor, ya que en caso de incumplimiento facilita la reclamación judicial de la deuda.
👉 Consejo: redactar contratos claros y con cláusulas de garantía puede evitar conflictos y agilizar el cobro ante impagos.
Transferencia o cesión de derechos de cobro
Los derechos de cobro pueden cederse a terceros si se cumplen ciertos requisitos legales.
Esta práctica es habitual en el ámbito empresarial y financiero (por ejemplo, factoring o compraventa de carteras de deuda).
Requisitos para una cesión válida
Para que la cesión de derechos de cobro sea eficaz debe cumplir:
- Acuerdo entre las partes (cedente y cesionario).
- Formalización ante notario para dotarla de seguridad jurídica.
- Notificación al deudor, informándole de quién será su nuevo acreedor.
- Carácter voluntario del traspaso.
Modalidades frecuentes
- Contrato de cesión que detalla las condiciones del traspaso.
- Transferencia de documentos de pago, como facturas, letras o pagarés.
¿Cuándo se generan los derechos de cobro?
Los derechos de cobro surgen en numerosas situaciones económicas cotidianas.
Estos son los principales casos:
Prestación de servicios
El proveedor o profesional tiene derecho a cobrar por el servicio prestado (por ejemplo, un fontanero o una empresa de mantenimiento).
Venta de bienes
Cuando una parte entrega un bien mueble o inmueble a cambio de un precio, se genera un derecho de cobro para el vendedor.
Arrendamiento de inmuebles
El propietario tiene derecho a cobrar la renta mensual del inquilino según el contrato de alquiler.
Recaudación de impuestos
La Administración Pública actúa como acreedor al cobrar impuestos o sanciones a los ciudadanos.
Relación laboral
El trabajador tiene derecho a cobrar su salario y, en su caso, una indemnización por despido.
Abastecimiento de suministros
Las compañías de agua, luz, gas o internet generan derechos de cobro sobre sus clientes por los servicios prestados.
Derechos corrientes de cobro en contabilidad
En el ámbito contable, los derechos corrientes de cobro forman parte del activo circulante de una empresa.
Se dividen en dos grandes grupos:
- Créditos comerciales o clientes: derivados de ventas o servicios a crédito.
- Deudores diversos: créditos surgidos de operaciones no habituales, como anticipos o indemnizaciones pendientes.
Estos derechos reflejan los ingresos futuros que la empresa espera recibir y son un indicador clave de su solvencia y liquidez.
Conclusión
Los derechos de cobro son una pieza esencial del Derecho Civil y Mercantil, ya que garantizan el equilibrio entre acreedores y deudores.
Contar con contratos bien redactados y garantías adecuadas reduce los riesgos y facilita la recuperación de los importes pendientes.
Si enfrentas dificultades para cobrar una deuda o quieres proteger tus derechos como acreedor, lo más recomendable es consultar con un abogado especializado en reclamación de deudas.
Un profesional podrá ayudarte a negociar, reclamar o ejecutar judicialmente el cobro con seguridad y eficacia.
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