Cómo reclamar una negligencia médica
La negligencia médica ocurre en aquellas intervenciones en que el profesional sanitario provoca una lesión o riesgo en su paciente por apartarse de la práctica médica apropiada. Así, se entiende que el médico debe seguir un conjunto de técnicas y protocolos que garanticen la sanación de su paciente.
El problema es que, en determinadas ocasiones, los facultativos deben tomar decisiones arriesgadas con el objetivo de salvar la vida o garantizar el bienestar del intervenido. Esto introduce una serie de normas de prudencia y diligencia que pueden justificar ciertas lesiones o riesgos, excluyendo la consideración de negligencia.
Por tanto, determinar si ha ocurrido o no una negligencia médica no es una cuestión sencilla. Sin embargo, en caso de poder acreditarse la conducta negligente en los tribunales, el paciente lesionado podrá solicitar una indemnización.
Cuándo puede producirse la negligencia médica
Las negligencias médicas pueden ocurrir en cualquier momento de la intervención. Desde el momento en que el paciente se somete a la exploración del sanitario, este es responsable de las lesiones o riesgos que se deriven de su falta de pericia.
Así, es frecuente que se reclame una negligencia médica si el facultativo pasó por alto una patología grave por no advertir su sintomatología. También concurre negligencia cuando la exploración es insuficiente o cuando se omiten ciertas cautelas existiendo la sospecha de que la patología puede ser grave.
Tras la exploración, el médico debe emitir un diagnóstico. Y también durante esta fase puede producirse negligencias. No todos los errores de diagnóstico son negligentes.
Sin embargo, si de un diagnóstico erróneo se deriva un agravamiento de la situación del paciente o su retraso dificulta la efectividad del tratamiento podría concurrir una negligencia.
Por último, una vez diagnosticado el paciente se le debe brindar un tratamiento o intervención. Esta es la fase donde más frecuentemente se dan las negligencias. Desde el olvido de material quirúrgico en el interior del cuerpo del paciente hasta la falta de cuidados o seguimientos pueden derivar en negligencia médica.
La práctica sanitaria común y la diligencia exigible
Para que se aprecie una negligencia médica es necesaria que el personal sanitario se haya apartado de los estándares de la profesión y los protocolos aplicables. Esta actuación se conoce como mala praxis.
Pero, como hemos indicado, puede pasar que la situación requiera tomar más riesgos de los habituales. En este momento entra en juego el concepto de la lex artis, que se identifica con la prudencia que debe tener un profesional al evaluar los riesgos asociados a su intervención.
Así, el médico podría alejarse de los estándares de la profesión si la situación lo requiere, siempre que realice una correcta baremación de riesgos e informe adecuadamente al paciente o su representante.
Requisitos de la negligencia médica
Por tanto, se considerará que el médico ha sido negligente cuando:
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Haya procedido de modo diferente al que lo harían sus compañeros de profesión (mala praxis), resultando imprudente por no haber calibrado adecuadamente los riesgos (sin respetar la lex artis).
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Y de este procedimiento erróneo se haya derivado una lesión o riesgo para el paciente. Recordemos que las lesiones pueden ser tanto físicas (incluyendo las estéticas) como psicológicas.
Esto significa que el médico que no haya incurrido en mala praxis no será responsable del resultado de su intervención ni de las lesiones provocadas al paciente. Tampoco lo será quien, incurriendo en mala praxis, lo haya hecho conforme a la lex artis. Es decir, quien haya actuado prudente y diligentemente, pese a separarse de los estándares de la profesión.
Por último, tampoco concurrirá negligencia médica en aquellas situaciones en que la lesión se hubiera producido incluso en el caso de aplicar el tratamiento generalmente aceptado, ya que en estos casos no existe una relación de causalidad entre la actuación del médico y el resultado lesivo.
Cómo se reclama una negligencia médica
Las negligencias médicas son complicadas de reclamar. El lesionado deberá demostrar que el médico asumió riesgos innecesarios y que de su conducta se derivó el daño.
Por eso es imprescindible contar con la asistencia de un perito médico. Estos profesionales son médicos que colaboran con la práctica forense para ilustrar al tribunal acerca de la corrección de la conducta del facultativo.
Normalmente las reclamaciones por negligencia se inician con la contratación de un abogado, que reunirá la documentación necesaria para evaluar el caso y llamará a un médico forense para estudiar la viabilidad del caso.
Solo cuando pueda acreditarse que concurre un comportamiento negligente proseguirá la reclamación, que se presentará frente a:
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La jurisdicción civil, en caso de haberse producido en un centro o una consulta privada. Por ejemplo, sería la vía a seguir si la lesión se ha producido en la consulta de un dentista privado.
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La jurisdicción contencioso-administrativa, cuando se haya producido en un centro público. Por ejemplo, sería la vía a seguir si ha habido un error de diagnóstico en un ambulatorio del Servicio Público de Salud.
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O la jurisdicción penal, cuando la lesión sea de tal gravedad que permita la apreciación de un delito. Por ejemplo, sería la vía a seguir si una intervención negligente ha supuesto un aborto o lesión a un feto.
Presentada la demanda se reclamará la correspondiente indemnización, responsabilidad patrimonial o responsabilidad penal, dependiendo de la jurisdicción competente. En esta clase de procesos la fase crucial es la probatoria, aunque es fundamental armar una buena estructura argumental para que la demanda tenga éxito.
Por eso la mayoría de abogados que se dedican a la reclamación de negligencias médicas son especialistas que solo trabajan en este campo. Si necesitas contactar con ellos puedes hacerlo a través de nuestro formulario.