Guía sobre los ficheros de los morosos
Los ficheros de morosos afectan a la credibilidad financiera de los inscritos. Frente a una solicitud de financiación, tarjetas de créditos u otros servicios, las compañías consultan en los ficheros. Mientras que algunas personas conocen su situación, otras se sorprenden cuando ven determinado nombre o marca publicados. Lo positivo es que se puede salir de estos ficheros y hay plazos máximos de inscripción.
¿Qué son los ficheros de morosos?
Los ficheros de morosos son registros en los que figuran las personas naturales o físicas que tienen deudas con determinadas empresas. Teóricamente se trata de una herramienta para que bancos, financieras o compañías de servicios eviten riesgos de futuros impagos. Pero ciertamente suelen emplearse como medida de presión.
Y es que cuando una persona figura en el fichero de morosos es probable que muchas empresas rechacen establecer relaciones comerciales con ella. Por ejemplo, la concesión de crédito, la contratación de servicios o la firma de contratos mercantiles.
¿Quién puede registrar deudores en un fichero de morosos?
Prácticamente cualquier empresa tiene acceso a los ficheros de morosos. Para registrar a un deudor basta con que acrediten la existencia de la deuda y la empresa gestora lo incluirá en la lista. Generalmente, las empresas que recurren a este tipo de servicios son:
Bancos.
Entidades Financieras.
Cajas de Ahorro.
Aseguradoras.
Cajas rurales.
Editoriales.
Hacienda Pública y Seguridad Social.
Compañías de servicio como telefonía, electricidad, gas, etc.
Requisitos
La inscripción de personas o empresas a un fichero de morosos está sujeta a una serie de requisitos regulados por la Ley de Protección de datos de Carácter Personal y Garantía de Derechos Digitales:
Existencia de una deuda cierta, vencida, exigible e impagada e incontrovertida. Es decir, que no haya sobre esta reclamación judicial, administrativa o arbitral.
El importe de la deuda debe ser superior a 50 euros.
La deuda no debe haber prescrito.
Requerimiento previo de pago y notificación de una futura inscripción en ficheros de morosos en el caso de no saldar la deuda.
Los datos que se registren deben ser facilitados por el acreedor y de ninguna manera se aceptan como válidos los procedentes de fuentes accesibles al público.
¿Cuáles son los ficheros de morosos en España?
Existen una gran cantidad de registros de este tipo, pero hay los cuatro ficheros de morosos más populares en España son:
ASNEF-EQUIFAX: es la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito, también conocida como Equifax. Está compuesta por más de 270 entidades de diferentes sectores y es una de las más consultadas.
RAI: el Registro de Aceptaciones Impagadas tiene la particularidad de informar solo sobre el estado de personas jurídicas y puede ser consultados por miembros del CCI.
BADEXCUG: es el fichero moroso de la empresa privada Experian, intercambia con las empresas información sobre estados financieros de personas físicas y jurídicas.
CIRBE: la Central de Información de Riesgos del Banco de España, no es en realidad un fichero de morosos como tal, pero así se lo suele conocer. En sus registros figuran todas las personas físicas o jurídicas que posean un crédito superior a 6 mil euros en una misma entidad. No significa que sean deudas impagas, pero se puede visualizar el estado.
¿Se puede salir de un fichero de morosos?
Para salir de un fichero de morosos existen diferentes alternativas, que se relacionan con cada circunstancia particular. En este sentido, suele ser recomendable contratar a un abogado especializado en la materia, que encontrará la vía más rápida y económica para salir del fichero.
Pagar la deuda para salir del fichero de morosos
Cuando la deuda es real y se cumplen con todos los requisitos, el camino más sencillo es pagar la deuda. Con el comprobante de cancelación se solicita al titular del fichero que se quiten sus datos del registro. Los acreedores no siempre gestionan la baja, por lo que es aconsejable que lo haga el interesado.
Impugnar la deuda
Si la persona no está conforme con los datos de la deuda que se registra puede reclamar por vía administrativa, arbitral o judicial. La Agencia Española de Protección de datos considera que si existe impugnación no hay deuda cierta, por lo que no corresponde la inclusión en el fichero de morosos.
Deuda inexistente
Si tal deuda no existe (por ejemplo, si se trata de un error), se debe ejercer el derecho de supresión frente al titular del fichero con las alegaciones propias. En un plazo de 30 días deberá recibir una respuesta, con posible extensión de dos meses en situaciones más complejas. Si no se recibe una respuesta cuando se pide una baja se debe denunciar en la AEPD.
¿Qué puedo hacer si me incluyeron erróneamente en un fichero?
Además de solicitar la baja es posible iniciar acciones contra la empresa acreedora y el titular del fichero. El solo hecho de estar incluido en un registro de personas con deudas impagas afecta el derecho del honor.
En el ámbito jurídico este es un derecho de las personas y tiene un valor subjetivo. Según sea cada caso, se puede estimar un importe total de indemnización por los daños y perjuicios que se estipulan.
¿Qué sucede si soy un avalista?
En muchas ocasiones las personas se sorprenden cuando le niegan un crédito por figurar en un fichero de morosos. La primera actitud es la negación de la deuda. Sin embargo, al profundizar en los datos comprueban que una persona que recibió su aval tiene deuda. El avalista, frente a la ley, tiene las mismas obligaciones que los deudores principales, así que se les puede incluir en el fichero de morosos (si bien antes se le debe advertir).
¿Cuánto tiempo figuran los datos en los ficheros de morosos?
Los datos se deben quitar del registro cuando hay una solicitud expresa por cancelación, error o impugnación de la deuda.
En un periodo máximo de 5 años desde la generación de la deuda, si no se ha procedido a su pago.
Mis datos se han borrado del fichero: ¿caducó mi deuda?
Se trata de dos cosas diferentes y no siempre relacionadas. El hecho de que el titular de fichero quite los datos por circunstancias especiales no significa que la deuda se haya desvanecido. El acreedor puede iniciar acciones judiciales para su cobro.
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