Cómo enfrentarte a un juicio de alcoholemia
Se conoce popularmente como delito de alcoholemia al regulado en el artículo 379.2 del Código Penal. Los delitos contra la seguridad vial son muy frecuentes, especialmente el que tratamos en esta guía. De modo que vamos a analizar cómo enfrentarte a un juicio de alcoholemia.
El delito de alcoholemia
El delito de alcoholemia está tipificado en el artículo 379.2 del Código Penal. La conducta penada es la conducción de vehículos de motor y ciclomotores bajo la influencia de drogas, estupefacientes, sustancias tóxicas o bebidas alcohólicas. En este caso se imponen unas tasas máximas de alcohol de:
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0,60 miligramos por litro de aire espirado.
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1,2 gramos por litro de sangre.
Al superar estas tasas máximas se estará incurriendo en la conducta delictiva. Lo cual dará lugar a la imposición de una de las siguientes penas:
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Prisión de tres a seis meses.
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Multa de seis a doce meses.
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Trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.
La sanción impuesta se sumará a la privación del permiso de conducir por plazo de entre 1 y 4 años. Además, en caso de provocarse daños (por ejemplo, tras un accidente), el conductor deberá hacerse cargo de repararlos.
El objetivo de la norma es prevenir los accidentes de tráfico que podrían derivarse de la conducción bajo los efectos del alcohol. Así, la reducción de reflejos y habilidades psicomotrices pueden conducir a que el conductor, pese a no ser consciente de ello por considerar que sigue sobrio, no maniobre con la habilidad necesaria y provoque un accidente de circulación.
De modo que el delito de alcoholemia, dada su intención preventiva, se comete por mera acción. Es decir, no es necesario que el conductor provoque de hecho el accidente, sino que basta con que supere las tasas de alcohol permitidas.
Cómo se detectan los delitos de alcoholemia
Para evitar la conducción bajo los efectos del alcohol las autoridades instalan dispositivos policiales en nuestras carreteras. La actividad de tales dispositivos se dispara en las zonas de fiesta, discotecas y festivales y en fechas señaladas como las festividades municipales o las Navidades.
Lo más habitual es que se disponga de un operativo policial dotado de alcoholímetros en las rotondas e incorporaciones a vías concurridas. Si los agentes te dan el alto tendrás que detenerte y participar en la prueba, mediante la cual determinarán si hay presencia o no de alcohol en tu aire espirado y en qué grado.
Más adelante entraremos a analizar este tipo de pruebas, pero ahora debemos señalar que existe otra forma de detección de los delitos de alcoholemia. En el caso de que provoques un accidente de tráfico es probable que se someta a estas pruebas.
Se podrá emplear el etilómetro en los accidentes de escasa gravedad. Si terminaras ingresado en el hospital se comprobará tu tasa de alcohol en sangre. También pueden realizarse analíticas para detectar la influencia de drogas, estupefacientes o sustancias tóxicas.
¿Puedo negarme a realizar el test de alcoholemia?
El test de alcoholemia ha sido una prueba tradicionalmente conflictiva. Y ello porque hay quien entiende que atenta contra el derecho de cualquier ciudadano a no declarar contra sí mismo.
Para zanjar la cuestión, la Ley de Seguridad Ciudadana determina la obligatoriedad de someterse a las pruebas. De hecho, en caso de resistirte podrías estar incurriendo en un delito de negativa, tipificado en el artículo 383 del Código Penal. Este delito se sanciona con penas de:
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Prisión de entre seis meses a un año.
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Y privación del permiso de conducir entre 1 y 4 años.
Puede ocurrir que concurra la imposibilidad de participar en esta prueba. Pensemos, por ejemplo, en una persona que sufre una crisis de asma o que sufre padecimientos respiratorios que se agravan por la tensión del momento.
Tanto en este caso como si te sometes al test de alcoholemia y no estás de acuerdo con su resultados podrás solicitar que se practique un análisis de sangre. Es decir, puedes contrastar el resultado del alcoholímetro o solicitar una prueba alternativa, pero en ningún caso negarte a que se compruebe tu tasa de alcohol en aire espirado o sangre.
Ten en cuenta que, según lo expuesto, la condena por un delito de negativa podría ser superior a la de un delito de alcoholemia. Y es que el primero permite penas de multa o trabajos en beneficio de la comunidad, cosa que no ocurre con el segundo.
Además, el Tribunal Supremo (Vg. STS 08/06/2017) ha determinado que ambos delitos son sancionables simultáneamente. Su argumento es que condenan dos conductas diferentes, por lo que imponer la pena por alcoholemia y negativa no supone vulnerar el principio non bis in idem.
Qué ocurre cuando se detecta un delito de alcoholemia
Si los agentes de la autoridad detectan que superas las tasas de alcohol permitido podrán detenerte y tomarte declaración. En algunas ocasiones tomarán medidas como inmovilizar el vehículo, mantenerte retenido hasta que baje la tasa de alcohol o ponerte una multa.
En las situaciones más graves te entregarán una citación para comparecer en juicio rápido. El juicio rápido es una modalidad procesal penal que permite agilizar los trámites de la investigación y enjuiciamiento de determinados delitos.
El juicio rápido por alcoholemia
En caso de que tengas que acudir a juicio rápido por alcoholemia se te citará para comparecer en un plazo de cinco días. Estos juicios comienzan con la realización de diligencias urgentes. Durante las mismas se te leerán tus derechos y se solicitarán tus antecedentes penales.
Tienes derecho a designar a un abogado y es recomendable que lo hagas, porque en caso contrario serás asistido por un abogado del turno de oficio. El problema del turno de oficio es que está mal pagado y, en general, saturado. De modo que te puedes encontrar con un defensor que carezca de los recursos temporales y económicos para elaborar una buena estrategia procesal.
En el caso de que el juicio rápido por alcoholemia se produzca tras un accidente el Juez tendrá que recabar la declaración de los perjudicados. Esta vía complicaría tu situación, ya que el juicio será más complejo y la aseguradora repercutirá contra ti los daños que tenga que abonar en concepto de responsabilidad civil.
Una vez practicadas las diligencias urgentes pasarás a tu defensa. En este sentido tienes disponibles dos opciones:
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Defender tu inocencia. Es la vía más complicada, ya que el delito de alcoholemia se detecta mediante una prueba técnica y objetiva. Solo es recomendable que sigas esta vía si realmente eres inocente. En el caso de que hayas bebido antes de someterte al test o de haber provocado el accidente, lo más recomendable es que emplees la segunda opción.
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Reconocer tu culpabilidad y negociar con el Ministerio Fiscal. Los juicios rápidos, como explicaremos en el siguiente apartado, permiten aplicar una reducción a la condena si reconoces tu culpabilidad. Esta suele ser la vía de defensa más recurrida en los procesos de alcoholemia.
Cómo defenderte en un juicio rápido por alcoholemia
Evidentemente, para defenderte en un juicio rápido por alcoholemia necesitarás los servicios de un abogado. Lo mejor sería que se tratara de un penalista especializado en delitos contra la seguridad vial.
Tus líneas de defensa serán:
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La comprobación de que la tasa de alcohol realmente excedía la permitida.
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Y la verificación de que el etilómetro reunía las condiciones exigidas por la normativa técnica y se encontraba en perfectas condiciones.
Al no tratarse de un delito de resultado contarás con pocos argumentos exculpatorios. Sin embargo, el juicio rápido permite la terminación mediante la llamada sentencia de conformidad. En estos casos el acusado puede negociar con el Ministerio Fiscal, asumiendo la culpabilidad a cambio de aplicarse el conocido como tercio de mejora.
Así, tu abogado podrá negociar con la Fiscalía para minorar la pena en la medida de lo posible, alegando las circunstancias concurrentes. Reducida la pena al máximo, y siempre que reconozcas la culpabilidad, se aplicará una minoración de un tercio sobre la sanción propuesta.
Resolución mediante sentencia de conformidad
En definitiva, pese a tus escasas posibilidades exculpatorias en este tipo de procesos, un buen penalista conseguirá que la pena impuesta sea lo más baja posible. En este sentido, cabe la posibilidad de reducir la condena a:
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2 meses de multa. Además, si te multan por vía penal no podrán multarte por vía administrativa.
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O trabajos en beneficio de la comunidad por unos 10 días.
En definitiva, tu abogado especialista en alcoholemia conseguirá que el juicio quede en un susto. Sin embargo:
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Tu permiso de conducir será retirado durante al menos 9 meses.
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Además, en el caso de que hayas provocado un accidente, la responsabilidad civil también será independiente de este tercio de mejora.
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Tampoco podrás librarte de los antecedentes penales.
Ten en cuenta que también tendrás que negociar con el perjudicado en caso de haber acusación particular. Sin embargo, la acusación particular requiere contratar abogado y procurador, de modo que cuando hay un lesionado suele limitarse a exigir la responsabilidad civil.
Cuánto cuesta defenderse de un juicio de alcoholemia
Por supuesto, defenderse de un juicio de alcoholemia tiene unos costes. Tendrás que contratar a un abogado y a un procurador. Además, es posible que tengas que hacerte cargo de otros gastos adicionales, destinados a financiar los trámites necesarios para llevar adelante el juicio o las comprobaciones del etilómetro.
Además, existe libertad para fijar los honorarios de estos profesionales. De modo que podrás encontrarte con tarifas muy dispares. La mayoría de ellos te ofrecerán la posibilidad de acudir a su despacho para realizar una primera consulta gratuita, durante la cual evaluarán tus posibilidades de éxito y tasarán el asunto.
También tienes la posibilidad de contratar a tu defensa a través de Internet. Por ejemplo, en LexGo App disponemos de un servicio que te permitirá contactar con hasta tres abogados especializados en alcoholemia que presten servicios en tu zona.
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En cualquier caso, dada la frecuencia con la que se dan los juicios rápidos alcoholemia, debes saber que puedes encontrar a profesionales que te defiendan desde aproximadamente 400 €. Por supuesto, este precio dependerá tanto de la tarifa del profesional elegido como de la complejidad de tu caso concreto.