Custodia de mascotas ¿Quién se queda con el animal?
El divorcio o la separación conlleva muchas decisiones importantes, y una de ellas es qué ocurre con la mascota de la pareja. Hasta hace poco, las mascotas eran consideradas bienes materiales en los procedimientos legales, pero la nueva legislación reconoce su carácter de "seres sintientes", lo que influye en la decisión sobre su custodia.
Nueva legislación sobre la custodia de mascotas
La reciente reforma del Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en España ha cambiado la forma en que se decide la custodia de los animales domésticos tras un divorcio. Ahora, los jueces deben considerar el bienestar de la mascota al asignar su custodia, de manera similar a lo que ocurre con los hijos menores.
Aspectos clave de la nueva legislación:
- Se reconoce a las mascotas como "seres sintientes" y no simples bienes materiales.
- Se prioriza el bienestar del animal en la decisión sobre su custodia.
- Se permite establecer un régimen de custodia compartida si es lo más conveniente para la mascota.
- En caso de desacuerdo entre las partes, la decisión final la tomará un juez.
¿Cómo se decide quién se queda con la mascota?
A la hora de determinar la custodia del animal, los tribunales valoran varios factores:
- Quién ha sido el principal cuidador: Se analiza quién ha asumido mayor responsabilidad en la alimentación, higiene y atención veterinaria.
- Condiciones de vida: Se tiene en cuenta cuál de los dos miembros de la pareja puede ofrecer mejores condiciones de bienestar al animal.
- Vinculación afectiva: Se evalúa el apego emocional del animal con cada una de las partes y con otros miembros de la familia, especialmente si hay niños.
- Disponibilidad de tiempo: Se considera quién tiene mayor disponibilidad para cuidar del animal.
- Acuerdos previos: Si la pareja ha firmado un acuerdo de custodia de la mascota, este puede ser tenido en cuenta por el juez.
Alternativas: custodia compartida de mascotas
En muchos casos, la custodia compartida puede ser la mejor solución, especialmente si ambas partes están de acuerdo y si el bienestar del animal no se ve afectado. Algunas opciones incluyen:
- Tiempo repartido equitativamente: La mascota pasa determinados periodos de tiempo con cada uno de los dueños.
- Visitas regulares: Si la custodia es exclusiva, se puede pactar un régimen de visitas.
- Gastos compartidos: Independientemente de la custodia, ambos pueden contribuir a los gastos veterinarios y de mantenimiento del animal.
Conclusión
El bienestar del animal es el principal criterio para decidir su custodia tras un divorcio. Gracias a la nueva legislación, las mascotas ya no se consideran simples bienes materiales, sino seres sintientes cuya situación debe analizarse con cuidado. La custodia compartida puede ser una buena solución para garantizar su bienestar, siempre que ambas partes estén de acuerdo y puedan ofrecer un entorno adecuado para el animal.