Cómo reclamar las tarjetas revolving: los intereses abusivos
Las tarjetas revolving han vuelto a poner sobre la mesa la cuestión de los intereses abusivos. Reviviendo una ley de 1908, este tipo de productos financieros han promovido una nueva oleada de reclamaciones judiciales.
Y es que los bancos se han vuelto a aprovechar de la falta de información del cliente para engrosar sus cuentas. Comercializando préstamos preconcedidos como si se tratara de tarjetas de crédito han arruinado a miles de familias que actualmente están reclamando para recuperar su dinero.
¿Has contratado una tarjeta revolving? En ese caso te interesa nuestra guía, porque vamos a contarte por qué son instrumentos ilegales y qué puedes hacer para que te devuelvan tu dinero.
¿Qué son las tarjetas revolving?
Las tarjetas revolving se han comercializado como tarjetas de crédito que permiten el aplazamiento automático del dinero dispuesto o consumido. De hecho, a día de hoy, todavía es posible encontrar esta definición en las páginas web comerciales de las principales entidades bancarias.
En definitiva, este instrumento se comercializa como si fuera una tarjeta de crédito. Su particularidad radica en que el dinero obtenido no será devuelto a principios de mes tras su liquidación. Lo que permiten estas tarjetas es devolver el dinero a plazos. Así, el banco y el cliente pactan:
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La cantidad de dinero de la que podrá disponer el cliente.
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Y la forma de devolución del mismo, que en principio puede elegirse entre:
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Liquidación mensual, como la propia de las tarjetas de crédito. Esta opción no suele ofertarse ni siquiera estando incluida en el contrato revolving. El motivo es que se perderían las supuestas ventajas del aplazamiento automático de deudas y que la devolución no generaría intereses. Por tanto, es la menos interesante para el banco dado que no cobrará por su préstamo.
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Pago de una cuota mensual. Esta cuota tiene unos límites mínimo y máximo. El cliente, en vez de devolver todo el dinero que ha utilizado durante el mes anterior se limita a pagar su cuota mensual hasta amortizar el capital del que haya dispuesto.
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Pago de un porcentaje mensual. En este caso la cuota a pagar se calcula sobre el capital pendiente de amortizar, estableciendo también unos límites máximo y mínimo. El resultado determinará la cantidad a ingresar por el cliente.
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La tarjeta revolving permitirá al cliente disponer de una suma de dinero cuyo máximo sea la cantidad pactada. Conforme vaya utilizando este dinero la cantidad disponible se reducirá en sentido contrario, conforme vaya devolviendo el capital podrá volver a disponer de él.
¿Qué es en realidad una tarjeta revolving?
Así planteadas, las tarjetas revolving pueden parecer un producto financiero interesante. De hecho, muchas familias han recurrido a ellas atraídas por la posibilidad de aplazar el pago de sus compras o deudas.
El problema es que las tarjetas revolving en realidad no son tarjetas de crédito. Se trata de créditos al consumo preconcedidos. Es decir, cada vez que estás utilizando el crédito pactado con tu banco lo que haces en realidad es obtener un préstamo.
La particularidad del contrato revolving es que no tienes que solicitar un préstamo cada vez. Basta con que te quede capital disponible. De modo que la tarjeta revolving, en realidad, funciona como el título de ese préstamo recurrente.
Evidentemente, cada vez que le pides dinero al banco tendrás que pagar el precio del préstamo. Este se manifiesta en forma de intereses, que en el caso de las tarjetas revolving suelen ser abusivos. Además, la propia forma de pago de estos préstamos suele conducir a un endeudamiento recurrente. En consecuencia, el cliente jamás podrá amortizar el capital pese a que pague religiosamente las cuotas pactadas.
¿Por qué son peligrosas las tarjetas revolving?
Las tarjetas revolving, en un plano específicamente financiero, presentan dos problemas que las convierten en un instrumento peligroso para el consumidor y usuario:
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En primer lugar, suelen aparejar intereses abusivos. La abusividad de los intereses se determina desde el concepto de usura.
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En segundo lugar, su forma de pago puede conllevar que el cliente jamás consiga amortizar el capital.
La ley de usura y los intereses abusivos
Parece absurdo que este tipo de préstamos se esté reclamando mediante la invocación de una ley de 1908. Sin embargo, la ley de represión de préstamos usurarios se ha puesto de moda dadas las oscuras prácticas bancarias.
En nuestro blog dedicamos ya un artículo a la usura y su reclamación, al que te remitimos si quieres ampliar información. A grandes rasgos, te resumimos aquí el contenido de la ley de usura:
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Esta ley considera usurarios los préstamos en los que se “estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso”.
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Si un préstamo se considera usurario, determina la nulidad del mismo.
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La ley de usura resulta aplicable a cualquier operación sustancialmente equivalente a un préstamo de dinero. Por tanto, la forma de la operación es absolutamente irrelevante
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A consecuencia de esta nulidad el deudor solo deberá devolver el capital que se haya prestado, sin intereses.
La jurisprudencia ha entendido que para determinar el carácter usurario de un préstamo hay que atender a la TAE aplicada. Mediante una comparación con el precio de otros préstamos similares en el mercado se podrá determinar si los intereses aplicados al caso concreto son o no excesivos. En este caso habrá que acudir a los índices que obren en poder del Banco de España al respecto de los créditos personales al consumo.
Ley de usura y protección al consumidor
Ten en cuenta que la aplicación de la ley de usura es independiente de la protección a los consumidores. De hecho, atendiendo a la Sentencia número 677/2014 del Tribunal Supremo debemos entender que la aplicación de una y otra norma resulta incompatible.
Esto tiene una consecuencia favorable a todos aquellos autónomos y empresarios que hayan recurrido a una tarjeta revolving para financiar su actividad. Y es que los profesionales quedan fuera del campo de aplicación de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, pero no de la Ley de Usura. Por tanto, debes saber que puedes reclamar tu dinero incluso en el caso de que el contrato revolving lo hayas firmado en el seno de tu actividad profesional o empresarial.
La forma de pago o trampa de la deuda
La forma de pago de las tarjetas revolving puede encerrar una trampa de deuda. Como ya hemos señalado, esta suele producirse mediante el ingreso mensual de cuotas prefijadas de porcentajes sobre el importe a devolver.
El problema radica en que si la cuota abonada no supera los intereses devengados, el cliente no estará amortizando el capital. Este capital seguirá devengando intereses, de tal modo que el préstamo se convertirá en impagable.
El propio Banco de España ha advertido sobre esta cuestión, pero las entidades bancarias que comercializan este tipo de productos nada dijeron al respecto a sus clientes. Esto implica que muchos perjudicados por las tarjetas revolving no pueden escapar de su préstamo si no es mediante la anulación judicial del mismo. La asistencia de un letrado especializado en reclamaciones bancarias puede ser el único modo de librarte de este tipo de préstamos preconcedidos.
Cómo reclamar una tarjeta revolving
Como ocurre siempre en derecho, existen varias vías para reclamar una tarjeta revolving. La más adecuada a cada situación dependerá de las circunstancias que concurran en el caso. Por eso debe ser un abogado especialista en reclamaciones bancarias quién estudie el caso concreto y desarrolle la mejor estrategia procesal.
A grandes rasgos, toda reclamación debería tener en cuenta:
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La fase prejudicial. La avalancha de reclamaciones de tarjetas revolving y la jurisprudencia favorable al cliente han facilitado que algunas entidades bancarias accedan a un acuerdo extrajudicial. Antes de aceptar este tipo de ofertas deberías estudiarlas con tu abogado, ya que lo normal es que el banco ofrezca una solución parcial a tu problema. Sin embargo, podrías evitar las reclamaciones judiciales, lo cual te ahorrará tiempo y dinero.
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Las diferentes normas que te amparan frente a este tipo de prácticas. Por ejemplo, ya hemos indicado que la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios resulta aplicable pero incompatible con la Ley de Usura. También se podrían invocar incumplimientos de los controles de incorporación y transparencia (Ley de Condiciones Generales de Contratación y Directiva 93/13/CEE) o de las obligaciones de información (normativa MiFID II y Ley del Mercado de Valores).
En definitiva, existen varios frentes de los cuales atacar una tarjeta revolving. Si tu abogado tiene experiencia en la materia le resultará fácil recuperar tu dinero.
Las reclamaciones extrajudiciales
Aunque en el pasado tuvieron menos éxito, actualmente muchos bancos están dispuestos a negociar fuera de los juzgados. Saben que las tarjetas revolving son abusivas e incumplen numerosas normas jurídicas, por eso en ocasiones accederán a devolverte tu dinero sin tener que llegar a juicio.
Jamás realizarán esta devolución por iniciativa propia, así que tendrás que pasar por las correspondientes reclamaciones. En concreto, tendrás que reclamar ante el Servicio de Atención al Cliente del banco y, en caso de que no te atiendan, podrás recurrir frente al Banco de España.
Este proceso puede durar aproximadamente medio año. De hecho, el Servicio de Atención al Cliente dispone de un plazo de dos meses para contestar a tu reclamación. En caso de no hacerlo o denegarte la devolución de tu dinero, el Banco de España tendrá un plazo de cuatro meses para contestar a tu recurso.
Aunque no es necesario contar con la asistencia de un abogado para realizar reclamaciones extrajudiciales, lo cierto es que su ayuda es más que recomendable. No solo agilizará los trámites, sino que se asegurará de que no cometas ningún error que pueda perjudicarte en la vía judicial.
Las reclamaciones judiciales
Si las reclamaciones extrajudiciales no tienen éxito siempre podrás acudir a los tribunales. La jurisprudencia es bastante sólida a la hora de dar la razón a los consumidores. Muchos juristas parten de la Sentencia del Tribunal Supremo n.º 628/2015 por tratar específicamente sobre las tarjetas revolving. Pero lo cierto es que podemos encontrar sentencias anteriores en las que se anularon préstamos con intereses usurarios (Vg. SSTS 406/2012, 677/2014…).
De modo que el éxito de tu reclamación judicial dependerá de la estrategia procesal adoptada por tu abogado. En general, alegar la abusividad de los intereses usurarios es una garantía de éxito en este sentido.
Consecuencias de la reclamación de una tarjeta revolving
El objetivo de la reclamación de una tarjeta revolving es que se declare la nulidad del contrato. Una vez hayas conseguido que se anule el contrato tan solo estarás obligado a devolver el dinero que te hayan prestado, es decir, no tendrás que pagar intereses.
En consecuencia, el banco tendrá que devolverte los intereses que ya hayas pagado. Si estos superan la cantidad del capital prestado, este quedará amortizado y tú recuperarás la diferencia.
Recuerda que en determinadas situaciones el único modo de quitarte de encima un contrato revolving será acudir a los tribunales. Por eso es recomendable que si has contratado este tipo de productos consultes con un abogado especializado.
También existe la herramienta de la ley de segunda oportunidad, para cancelar todas tus deudas, entre ellas las tarjetas revolving. Los abogados especialistas en ley segunda oportunidad te pueden asesorar en reestructurar tu deuda y conseguir que te cancelen las mismas.
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